Me gustaría que mi
centro tuviese un proyecto común. Que soñásemos juntos qué centro
queremos. Que llegásemos a transformar, cambiar la educación y con
ella la realidad. Qué nos basáramos más en el
diálogo.
Mi ideal: las
comunidades de aprendizaje.
Llevo en este centro
tres años y desde que llegué ha cambiado mucho gracias al trabajo
del equipo directivo y de los profesores. Siento que me escuchan y
que me apoyan. Tengo muchos compañeros y compañeras que desean
innovar, transformar la educación. Pero los cambios se producen
despacio y poco a poco.
En mi centro se
llevan a cabo dos actuaciones educativas de éxito: los grupos
interactivos y las tertulias dialógicas.
Me encantaría que
se desarrollase el modelo dialógico de resolución de conflictos, la
ampliación del horario del centro y la formación dialógica del
profesorado.
Me encantaría que
más gente se animase a conocer el proyecto Includ-ed y sobre todo
que en nuestro trabajo nos dejásemos guiar por las evidencias
científicas y no por los rumores. No quiero utilizar a mis alumnos y
alumnas como cobayas. Porque es su educación y su futuro lo que está
en juego.